Existencia de Dios

Acertó Darwin en decir,
que los animales
se adaptan para sobrevivir.

El animal evoluciona
de acuerdo al ambiente
que lo condiciona.

Suena sensato,
¡tiene razón!

Hay varios tipos
de águila,
porque cada una
se amolda al escenario
en el que busca su comida.

Tiene lógica,
¡tiene razón!

Cada animal
agudiza el sentido
que necesita para
sobrevivir
y alimentar a sus crías,
¡esa es la ley de la vida!

Pienso lo mismo,
¡tiene razón!

Sin embargo,
quién iba a pensar,
que la respuesta
a la existencia
la tenía la gallina.

¡Oh, ser picudo
y turuleto!,
con reputación tenue
pero que hace viable
el devenir del hombre.

¡Oh, ser picudo!,
no evolucionaste,
ni te especializaste,
tu intención no es
mantenerse en pie.

Vives para sacrificarte,
vives para
que otros vivan,
tu peculiaridad es
la reproducción excesiva.

¡Qué contradicción!,
¡su supervivencia es
su defunción!,
¿paradoja existencial?,
¡tiene razón!

Eso tiene una
explicación,
que debe reconocer
la teoría de la
evolución.

El orden natural,
también llamado Dios,
dice cómo, cuándo
y hasta dónde se puede llegar,
siendo la gallina,
su mejor ejemplo de humildad.